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¡Ahorra Impuestos En Tu Negocio y Nunca Crecerás!

Seguramente este título te ha parecido un poco escandaloso.  Te preguntarás: ¿cómo que si ahorras impuestos no crecerás?  Suena ilógico.  Todo ahorro es bueno, ¿o no?  ¡Pues no!  De hecho, esto puede llevarte a cometer un error muy común y caro entre los negocios chicos.  Te explico enseguida.

Comenzaremos con estas premisas que son sumamente importantes:

  1. Por obligación, tienes que reportar y pagar los impuestos de tus ingresos al gobierno;
  2. Muchos negocios pequeños tratarán de ahorrarse impuestos a como de lugar; y
  3. Uno de los factores más importantes que utiliza un banco para darte o negarte un préstamo es tu declaración de impuestos. 

¿A dónde voy con esto?

Un secreto a voces: muchos negocios pequeños harán lo posible por ahorrar impuestos, aunque esto signifique, modificar, omitir, e incluso ocultar información.  Sé que esto causará muchas cejas fruncidas, pero es la verdad.  Es algo que ocurre más a menudo y con más gente de la que te imaginas.  ¿Para que ocultar el sol con un dedo?, mejor aprendamos de los demás.  Tratar de ahorrar impuestos es una práctica común.  Si tienes algún negocio donde se maneja mucho efectivo, donde no hay mucho papeleo, donde puedes modificar cierta información a tu favor en cuestión de impuestos, seguro sabes de lo que te estoy hablando.  Pero ten mucho cuidado porque esto puede costarte mucho más de lo que te imaginas.

Te explico en detalle y con un escenario ficticio.  Supongamos que eres dueño de una tienda. Diariamente repartes a muchos restaurantes de tu zona.  Tienes tres camionetas repartidoras y nueve empleados.  A fin de año, alguien (quizás tu preparador de impuestos) te recomienda que no reportes todo para que te ahorres lo mas que puedas en impuestos.  Por fortuna, más del 50% de tus ventas son en efectivo.  Sigues el consejo y sólo reportas ganancias bajas.  Te has ahorrado mucho dinero.   Todo se mira bien.  Buen consejo te han dado ¿o no?  Veamos…

Tu negocio marcha de maravilla.  Ahora ocupas un camión.  Lo compras.  Una bodega más grande.  La rentas.  Tu renta mensual de la bodega cambió a $9,500 por mes.  No hay problema, puedes pagar eso y más sin ningún problema.  Tu negocio sigue creciendo.  Si sólo tuvieras el dinero para comprar una bodega y un par de camiones más.  ¿Te imaginas tener tu propia bodega?  Que lindo es soñar.  

El dueño de la bodega que rentas, decide venderla junto con la propiedad de al lado.  El Sr. Kim, en consideración de lo buen inquilino que eres, te la ofrece a ti primero.  Te interesa y te motiva la idea de poder comprarla.  ¿Pero cómo conseguir 1.2 millones de dólares?  ¿Qué tal un préstamo de negocio?  (Los pagos mensuales de un préstamo de esa cantidad al 6% de interés serian mas o menos $8000 al mes.)  Pero si actualmente pagas $9,500 de renta.  Además, la bodega también tiene otra propiedad anexada que podrías rentar por unos $4,000 mensuales.  Sí, definitivamente es una buena opción.  Bien.  Pues adelante.  Tú siempre has sido muy responsable: tu crédito está muy bien, tienes ya 5 años en el negocio, y tienes un plan de expansión.  Todo parece estable.

El banco inicia el proceso.  Te aseguran que tienes muchas posibilidades de que te otorguen el préstamo.  Claro, basándose sólo en su primera charla, en lo que dices que generas al año, y en lo que te queda libre.  Pero comprenderás que el banco no puede confiar sólo en tu palabra.  Te solicitan copias de tus declaraciones federales de impuestos para comprobar tus ingresos.   Dios mío.  ¡Que error!  Sólo reportaste $50,000.  ¡Con eso no podrás pagar ni la mitad de tu pago mensual!  Le dices al banquero, “pero mire… sí tengo dinero”.  Eso no es realmente lo que gano.  Gano mucho más.  ¡Créame!  Puedo pagar esa mensualidad y más.”  El banquero te contesta, o recapacita entre si:

Le creo.  Es muy común que esto pase.  Su negocio se ve activo.  Puedo ver que si tiene y genera dinero.  Maneja buen carro.  Viste buena ropa.  Su reloj Rolex es evidente.  Pero yo sólo puedo creerle a la documentación que el banco pide.  Son requisitos muy esenciales y estrictos.  Además, ¡cómo confiar en alguien que le miente al gobierno federal de los Estados Unidos!   Estamos obligados a negarle el préstamo.  

Lo anterior es sólo para que analices lo que tu negocio hace y no hace.  A menudo, el ahorrarte unos dólares en impuestos se puede convertir en tu principal barrera de crecimiento.  En el caso de arriba, por ahorrarte unos dólares ¡te negarán un préstamo de $1.2 millones!  Que infortunio.  Lo que pensabas que era un ahorro, resultó ser una enorme barrera.

Por lo general, para obtener un préstamo de negocios, el banco requiere lo siguiente: capacidad de pago documentada, enganche, impuestos de gobierno, e historial de crédito.  

En conclusión, tus Ingresos determinan si obtienes un préstamo de negocios o no; tus impuestos comprueban tus ingresos; y mentir en tus impuestos detiene tu crecimiento.  ¿Vez a dónde iba?  Bien, pues te dejo con esta frase que alguien sabiamente dijo: “¡No ahorres centavos para perder dólares!”

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